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SAN PEDRO POVEDA NOS DICE:

SAN PEDRO POVEDA NOS DICE:

“Señor, que yo piense lo que tú quieres que piense; que yo quiera lo que tú quieres que quiera; que yo hable lo que tú quieres que hable; que yo obre como tú quieres que obre. Esta es mi única aspiración”.

“¿Quiénes son los más valientes, intrépidos, temerarios, arriesgados? Los jóvenes. ¿Quiénes son los que tienen ideales, los que se olvidan de sí? Los jóvenes. Me preguntaréis ahora qué podéis hacer. ¡Oh juventud, arma poderosa, brazo casi omnipotente, fuerza del mundo! Sea vuestra primera meditación ésta. Somos jóvenes: todo lo podemos. Somos de Dios: todo lo bueno podemos”.

“Los hombres y las mujeres de Dios son inconfundibles. No se distinguen porque sean brillantes, ni porque deslumbren, ni por su fortaleza humana, sino por los frutos santos, por aquello que sentían los apóstoles en el camino de Emaús cuando iban en compañía de Cristo resucitado, a quien no conocían, pero sentían los efectos de su presencia”.

“Tolerancia, amabilidad y dulzura son las virtudes que conquistan el mundo”.

“Las obras, sí, son las que dan testimonio de nosotros y dicen con elocuencia incomparable lo que somos”.

“No hay necesidad de ser rico para dar, basta ser bueno”.

“Yo quiero, sí, vidas humanas, ambientes donde el humanismo impere; pero como entiendo que esas vidas no podrán ser cual la deseamos si no son vidas de Dios, pretendo comenzar por henchir de Dios, a los que han de vivir una verdadera vida humana”.

“Todos hemos de cooperar. Aquí no hay uno solo y los demás son comparsa, sino que cada cual tiene su sitio, su deber, su responsabilidad”.